domingo, 7 de julio de 2013

One Dream ~ CAP. 14

~ GAELLE ~
-Oh, vamos Zayn! - dije tirando de su mano una vez más, intentando que se moviera un poco, lo cual fue inútil debido a mi cutre fuerza.
-No crees que hasta aquí es suficiente? - dijo con una sombra de pánico en sus ojos.
-Pero si el agua ni siquiera nos llega a la cintura! Vamos, aquí no hacemos nada!  volví a suplicar.
-Y si me ahogo!?
Reprimí la sonrisa que amenazaba en mis labios y me acerqué a él lo máximo hasta que nuestros rostros estaban separados por escasos centímetros.
-Si te ahogas, yo te salvo - susurré, ganándome un silencio y un sonrojo de su parte.
~ SOFIA ~
Volví a leer el mensaje antes de presionar la tecla de enviar.
·Recuerda usar condón, que debajo del agua también puedes coger el sida ;)
Sonreí para mí misma, me encanto.
-Mira Harry, pero si es tu novia! - una voz peculiarmente familiar, hizo que levantara la cabeza.
La visión que obtuve fue la de cuatro chicos, uno de ellos mirándome con unos ojos llenos de rabia. Todo se volvió a cámara lenta exclusivamente para mí y el ricitos que nos sosteníamos la mirada sin decir nada, por lo que se formó un incómodo silencio que Louis se encargó de romper.
-Bueno, Niall tenía hambre así que ya nos íbamos, verdad? - dijo pasando sus brazos alrededor de Liam y Niall.
-Pero, y Harr… - comenzó a preguntar Liam.
-Adiós! - gritó Louis, ya lejos de donde estábamos.
Estuvimos en silencio durante unos segundos que parecieron horas hasta que me decidí a hablar con una sonrisa pícara.
-Hoy también te olvidaste de mi gorra, no? - di un paso hacia él.
-La tiré a la basura - él retrocedió.
-Qué pena, ya me estaba empezando a gustar nuestro “juego” - hice unas comillas y avancé hacia él.
-Puedes jugar con otros - volvió a retroceder.
-Ah! Así que el idiota de rizos está celoso - solté una carcajada y casi corrí hasta él.
-Celoso yo?
-Si no estás celoso, por qué no estás intentando robarme alguna otra cosa?
-Simplemente, porque no me interesas. No eres el centro del mundo sabes?
-Sí claro, por eso te masturbas con mi gorra -me reí.
-Paso de ti - puso los ojos en blanco al tiempo que se daba la vuelta.
-Cariño, sabes que no puedes vivir sin mí - dije siguiéndole.
-Vas a largarte de una vez? Quién está siendo la inmadura ahora?
-No voy a dejarte en paz hasta que me devuelvas mi gorra, maldito pederasta!
-Por favor! - carcajeó - yo a ti no te tocaría ni con un palo.
Dicho esto, aceleró el paso dejándome con la palabra en la boca. Pero este imbécil no se iba salir con la suya, claro que no, aún no sabía quién es Sofia Crawford. Me apresuré a seguirle y me di cuenta de que estábamos en una cancha de baloncesto. Justo cuando le alcancé y me disponía a gritarle, una voz me interrumpió.
-Menudo culo te gastas, nena.
Harry y yo nos giramos al mismo tiempo para descubrir un tío alto y rubio que me miraba de arriba abajo con una sonrisa torcida.
-Piérdete - dijo Harry.
-No estaba hablando contigo, maricón - escupió el rubio, al tiempo que pasaba un brazo por mi cintura y acercaba su cara a mi cuello.
-Mmmm, hueles tan bien.
-He dicho que te alejes gilipollas! - gritó Harry empujándole.
-Y yo he dicho que no estoy hablando contigo - dijo el rubio, devolviéndole el empujón a Harry.
-Sofia vámonos - Harry me miró, pero yo seguía sin poder articular palabra.
-Creo que la chica no tiene muy claras sus ideas, que te parece si echamos un partido - dijo señalando con la cabeza la cancha - el que gane, se va con ella - terminó el rubio, retándolo.
Harry no aceptes, por favor no aceptes, no aceptes...
-Acepto - escupió.
Le lancé una mirada asesina y me susurró.
-Tú ponte en el medio y déjame a mí el resto.
Me dio un empujoncito situándome en el medio de la cancha y fusiló con la mirada al rubio que venía acompañado de otro tío más alto, más musculoso y  con cara de psicópata.
-Bien, que empiece el juego - dijo el tipo alto, lanzándole el balón al pecho a Harry.
Antes de que pudiera asimilar la situación, Harry ya estaba corriendo de un lado para otro, seguido por los otros dos tipos. Yo, simplemente me limité a quedarme quieta y observar cómo el balón fue lanzado a la canasta repetidas veces.
-Harry qué hago! - le grité desesperada.
-Tú déjame a mí.
Justo después el balón se coló por el agujero de la red, anotando un punto para el rubio y el psicópata.
-Cuatro a cuatro - dijo el rubio mirando a Harry - quien marque, gana.
En ese momento todo se volvió a cámara lenta. Harry intentado quitarle el balón al rubio. El balón cayendo a mis pies. Harry gritándome. Cogí el balón con mis torpes manos e intenté lanzar a canasta, sin éxito.
-Maldita sea! - grité pisando fuerte y cruzándome de brazos cual niña de tres años.
El tipo grande y musculoso aprovechó la situación para coger el balón y lanzárselo al rubio que saltó y coló el balón por la red. Mi boca se abrió automáticamente y miré a Harry que también se encontraba mirándome. Una mano aferrando mi brazo interrumpió la comunicación visual que establecíamos yo y el ricitos.
-Parece que ahora eres mía señorita - dijo sonriendo, lo cual me pareció repulsivo.
Intenté zafarme de su brazo pero él aumentó la presión de su agarre.
-Sofia! - gritó Harry corriendo hacia mí.
Me cogió de la mano y tiró de mí corriendo por las calles situadas detrás de la cancha. Unos gritos a mis espaldas me aseguraron que el rubio nos estaba siguiendo y no tardaría en alcanzarnos. Harry me agarró aún más fuerte y me condujo hacia los estrechos callejones que conducían al muelle. Corrimos todo lo que pudimos hasta asegurarnos de que lo habíamos perdido de vista.   
-Espera, no puedo más - dije parándome tras un montón de cajas apiladas.
-Creo que lo despistamos - dijo Harry mirando hacia el callejón.
Al momento de recuperar mi respiración sonreí y me acerqué  él.
-Con que no te interesaba...
-No habría dejado por nada del mundo que te fueras con él - dijo acariciando mis mejillas con sus manos.
Mi respiración se volvió acelerar pero ésta vez por los escasos centímetros que separaban nuestras bocas. Llevé mis manos a su cuello y él presionó sus labios contra los míos con fiereza. Su lengua se abrió paso entre mis labios y entabló una batalla con la mía. Harry movió sus manos a mi cintura y me apretó aún más a él.
Y nos besamos una y otra vez, desesperados, sedientos uno del otro, como si hubiéramos estado esperando por este beso siglos, cuando en realidad nos conocíamos desde hace apenas una semana.